Por: Emil Alvarado González
Introducción
Platón es junto a Aristóteles, probablemente, el más famoso y citado de los filósofos de toda la historia de la humanidad. Su obra ha sido discutida durante todos los siglos posteriores a su vida. Permea e influye de tal manera la producción científica y filosófica que apareció luego de él, que se le considera como el punto de partida para la mayoría de las formas de ciencia y filosofía. Dentro de su obra hizo aportes inconmensurables en la ontología y la epistemología, campos que fueron punto importante de debate en el transcurso del módulo “Bases filosóficas de la complejidad”.
Platón fundó y enseñó en la Academia, espacio desde el cual escribió sobre los más diversos temas. Su estilo de escritura consistía en hacer reflexiones en forma de dialogo para los cuales, en algunas ocasiones utilizaba alegorías desde las cuales intentaba explicar o demostrar sus ideas. Es de entre estas alegorías que se destaca el “El mito de las cavernas”. El mismo se trata de una explicación metafórica, realizada en el libro de la República, sobre la situación en que se encuentra el ser humano respecto del conocimiento. En ella, Platón explica su teoría de cómo podemos captar la existencia de dos mundos: el mundo sensible y el mundo inteligible.
En este trabajo se pretende, modestamente, analizar la “Alegoría de las cavernas” desde el punto de vista de las bases filosóficas de la complejidad. Este trabajo es de carácter reflexivo y analítico más que una recopilación bibliográfica. No se trata de discutir las similitudes y diferencias de las ideas de Platón con las del pensamiento y ciencias de la complejidad, lo que se pretende es utilizar esta alegoría para explicar la postura filosófica que atañe a las ciencias de la complejidad.
Resumen del mito de las cavernas
Unos hombres fueron encadenados desde niños para vivir en el fondo de una cueva dando sus espaldas a la entrada. Atados de cara a la pared, su visión era muy limitada y sólo podían ver en la pared del fondo el reflejo de modelos, estatuas de animales y objetos que pasaban delante de una hoguera. Un día, con la ayuda de un hombre, uno de ellos pudo salir de la cueva, y al estar fuera, la luz del día lo deslumbraba. Tanto fue la luz que lo cegó de dolor, que esperó a la noche para poder irse ya que era mejor la luz de la luna.
Conforme pasaron los días, pudo acostumbrarse a la luz del sol, luego, se dio cuenta que vivió toda su vida engañado con las imágenes de aquella cueva que lo tenía prisionero. Él decide regresar para contar sobre las cosas que había visto y que le esperan a sus compañeros en el mundo exterior. Aquí, Platón plantea que intentando esto se reirían de él, afirmando que ascender lo perturbó. De hecho, no sugiere, sino que afirma que, si él intentase desatar a los otros prisioneros y hacerlos subir hacia el exterior de la caverna, los otros prisioneros lo matarían en caso de tener la oportunidad ya que se encuentran cómodos en el engaño en el que viven y se violentarian por ver cómo su realidad se encuentra amenazada.
A continuación, se desarrolla la explicación de este mito desde la perspectiva de las bases filosóficas de la complejidad. Para llevar a cabo esto se hará un recorrido individualizado a través de la ontología, epistemología, lógica, ética y estética.
Ontología
Según como se definió en clases, la ontología es la reflexión acerca del ser en tanto ser. La Alegoría de la caverna plantea dentro de sí una reflexión sobre lo que existe y no existe, sobre lo real y lo que no lo es. Para Platón ambos mundos son reales, tanto el del interior de la cueva con sus imágenes y sombras, como el mundo exterior con el sol y las formas de la naturaleza. La primera perspectiva representa el mundo sensible, captado mediante los sentidos. La segunda perspectiva representa el mundo inteligible, percibido mediante la razón.
Sin embargo, la nueva inteligibilidad de las ciencias de la complejidad, nos permiten analizar estos elementos de la alegoría de una manera un poco distinta. Desde este nuevo punto de vista, ambos mundos siguen siendo igualmente reales, pero dentro de cada uno se puede encontrar tanto el carácter de lo sensible como el de la razón. Se puede interpretar, por tanto, que en cada uno de estos mundos se lleva a cabo la nueva alianza entre la producción intelectual (científica o de otro tipo) que hacen los seres humanos, con el mundo existente cuya interpretación científica construyen.
El mito nos trae el elemento del contexto, el cual es imprescindible para la ontología de la complejidad. Dentro de la cueva y en el exterior de la misma, todo ejercicio de aprehender algo se ve influido por el contexto social a partir del cual se desarrolla y en su impacto sobre el mismo. Podemos ver que, dentro del mito, un hombre se libera y empieza un camino de transformación que puede ser visto como un proceso de cambio (viéndose elementos de lo dinámico-procesual y del cambio y trasformación en ámbitos del ser). Cuando se produce la liberación, el hombre se aleja de un equilibrio preexistente y la situación de lo que allí podría pasar genera una incertidumbre.
Por último, si vemos cada mundo como algo local, y su conjunto como lo global, se ve una interrelación entre ambos y de local- global (salida del hombre hacia el exterior), global-local (vuelta del hombre desde el exterior al interior). También observamos cómo cada momento del proceso histórico del emerger del hombre cavernario hacia el exterior, genera articulaciones cortas y largas en el tiempo. El final es abierto, dado que un primer hombre salió, incluso si este fuera asesinado, la interconexión entre el mundo de adentro de la caverna y el de fuera de la misma podría seguir caminos muy variados.
Epistemología
La epistemología es la reflexión acerca de cómo (caminos o vías) acceder a uno u otro saber considerado verdadero. Es precisamente la epistemología el tema principal del Mito de la caverna. Desde la perspectiva platónica existen dos vías para acceder al conocimiento, una es la opinión o doxa y la otra es la verdad o ciencia. La primera vía permite conocer el mundo sensible (conocimientos generados a partir de los sentidos) mientras que la segunda vía es propia del mundo inteligible (conocimientos generados a partir del razonamiento).
La alegoría presenta una clara desconexión entre ambas perspectivas, es decir entre la opinión y la ciencia. El conocimiento generado dentro de la caverna es producto de la opinión y compete solo a la sensibilidad humana. Por otro lado, totalmente desconectado, se presenta el conocimiento “revelado” en el exterior de la cueva, considerado como el verdadero y alcanzado solo a través del razonamiento.
El posicionamiento epistemológico hermenéutico, propio de las ciencias de la complejidad permite salvar la distancia impuesta por Platón entre ambos mundos. Desde esta perspectiva, en cada mundo habrá un objeto (ya sean las sombras de la cueva o los árboles y montañas de fuera de ella) de análisis visto por un sujeto cognoscente (el hombre de las cavernas) en un contexto de praxis cognitiva (primero la cueva y posteriormente su exterior). Es decir, existe una inseparabilidad entre el objeto y el sujeto, pero además entre estos y el contexto en el cual se desarrolla la adquisición del conocimiento.
El camino hacia el cual se dirigen las ciencias de la complejidad es el de la “epistemología de la verdad contextualizada”. Pero esta nueva epistemología se ha topado con unos obstáculos que se ven también en la división entre opinión y ciencia argumentada en el mito de las cavernas. El primer obstáculo, que es el de querer establecer la verdad como universal es retratado a la perfección por la visión de que el hombre cavernario solo pudo ver lo verdadero mediante un camino científico representado por el exterior de la cueva. En este punto de vista, se terminará en un círculo vicioso o en el petitio principi. Pero hacia el final del mito nos encontramos que, ante un intento del cavernario que sale, de demostrarle a los demás que lo que ven es falso, se llega a un punto en donde debe interrumpir abruptamente porque hay una posibilidad de que le maten.
Pero desde la perspectiva de esta “epistemología de la verdad contextualizada”, cada percepción del mundo que se observa dentro del mito no es menos verdadera que la otra. El contexto en el cual se desarrolla la práctica de la búsqueda de conocimiento, incluyendo en este contexto no solo la geografía (dentro o fuera de la cueva) sino que de igual manera a la comunidad (Los hombre encadenados a la pared vs los hombres libres del exterior), es de suma importancia para entender lo “verdadero”. De modo que los esfuerzos de fundamentar un saber “verdadero” desde un fundamento interno a ese saber, son sustituidos por la contextualización de esa búsqueda desde las circunstancias externas de la vida social misma.
Lógica
Siendo la lógica la reflexión acerca de cómo organizar el pensamiento, la misma es de suma importancia en la manera de hacer ciencia. Si bien el Mito de las Cavernas tiene interpretaciones más hacia la ontología y la epistemología que hacia la lógica, no es menor el trabajo que se puede hacer para extraer de esta alegoría una versión desde el punto de vista de la complejidad. Primero, antes que todo, debemos reconocer la corriente de la lógica hacia la que se inclinaba Platón, esta corriente era la dialéctica, la cual para Platón era el método filosófico supremo y el modo de las ciencias.
Es precisamente la dialéctica, en una versión más contemporánea, uno de los elementos a partir de los cuales va dirigida la lógica de las ciencias de la complejidad. Esta lógica es pertinente a la primacía del cambio y la transformación por sobre lo fijo o status quo, característica que, se pone de manifiesto en la alegoría de las cavernas en la forma en que se le da primacía a la evolución del estado del hombre cavernoso que pasa de la cueva al exterior y luego vuelve al interior, cambiando y transformándose en toda la historia.
La lógica compleja debe ser acorde a la visión dinámico procesual de la ontología de la complejidad. Además, debe propiciar pensar en el azar y la incertidumbre y sobre todo al contexto. Elementos, todos, que como se puede ver en los análisis sobre epistemología y ontología hechos con anterioridad, se encuentran presentes en la Alegoría de las Cavernas. Por tanto, se puede concluir que si bien, por obvias razones, el objetivo de Platón no era organizar su pensamiento de tal manera que fuera acorde con las ciencias y pensamiento de la complejidad, el tipo de lógica necesaria para el emerger de estas ciencias y pensamientos se puede encontrar en este escrito de Platón.
Ética
La ética es la reflexión acerca de los valores y su plasmación (la moral). La ética de la complejidad pretende algunas transformaciones en la forma en como esta reflexión se ha hecho a través del tiempo. Para explicar esto podemos recurrir, como hasta ahora lo hemos hecho, al Mito de las cavernas. Primero, la ética compleja acciona para trascender la pretendida neutralidad axiológica del conocimiento. Esta neutralidad se plasma en que el sujeto se ve sustraído de la producción de conocimiento acerca del objeto. Siendo el contexto (la cueva o el exterior) un espacio de praxis en el cual se produce el conocimiento y en el cual se interrelacionan objeto-sujeto, es evidente que tal neutralidad es inexistente.
La ética de la complejidad le da una valoración positiva a la incertidumbre, en cuanto a que se entiende que esta ayuda a retomar el “circuito natural de la vida” en nuestra manera de lidiar con el mundo. Esto se puede observar en el Mito de las cavernas, ya que si bien existe incertidumbre sobre lo que puede pasar a partir de la liberación de uno de los hombres de las cavernas, la forma natural en cómo se van sucediendo los acontecimientos (salir fuera, acostumbrarse al sol, entender la realidad de este nuevo mundo…etc) deja ver que esta incertidumbre da paso a resultados positivos.
Por ultimo está el elemento del contexto. Contextualizar nuestras valoraciones a partir de sus condicionamientos por parte de nuestro género, nuestra procedencia étnica, nuestra raza, nuestra clase social, nuestra generación, nuestra nacionalidad, nuestra cultura, nuestra tradición civilizatoria. Esto está bastante presente en la alegoría ya que, los individuos de dentro de la cueva y los de fuera de la misma tienen valoraciones totalmente distintas sobre el conocimiento. Para dar un ejemplo claro, aunque en principio se podría pensar que los hombres deberían valorar como bueno el aporte del “cavernario aventurero” que les cuenta que viven en una mentira, lo que sucede es que desde su contexto el conocimiento que se les presenta es una mentira rotunda y la realidad en que viven es una verdad comprobada. Lo que el aventurero cuenta no deja de ser verdad, sin embargo, los hombres de las cavernas que nunca han visto otra cosa que las sombras consideran estas como verdad y en su contexto, lo son.
Estética
La estética es la reflexión acerca de las formas, la belleza, lo sublime, el arte en general. En este campo en específico la explicación de la perspectiva compleja desde el Mito de las cavernas es un poco más obvia. Los elementos se pueden ver más claros que en los demás casos. La orientación hacia las formas se puede observar tanto en lo que ocurre dentro como fuera de la cueva. Cuando el cavernario aventurero sale hacia fuera y logra ver la naturaleza y apreciar su belleza, esto es equivalente a los fractales: “la belleza de las formas del mundo real”.
Por último, está la morfogénesis que en la alegoría la podemos encontrar desde dos perspectivas. Primero hacia el interior de la caverna, donde el fuego y las tablillas generaran unas sombras, esta proyección de sombras en la pared se puede considerar como morfogénesis. En segundo lugar, ya cuando el hombre se libera de las cadenas y logra salir, en principio no logra ver bien ya que el sol le deslumbra. Sin embargo, al pasar los días este se va a acostumbrando y empiezan a “aparecer” ante las nuevas formas del mundo real. Este proceso por el cual con el paso del tiempo este hombre puede ver el mundo, también se puede considerar morfogénesis a pesar de que estas formas “siempre estuvieron allí”.
Conclusión
Si bien no de manera perfecta, la Alegoría de las cavernas sirve para explicar las 5 facetas de las bases filosóficas de la complejidad. Esto demuestra que, una misma información analizada en contextos diferentes puede hacer variar el entendimiento o uso que a la misma se le dé. Platón decía que “La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser”. Pero distanciándonos de esta frase, es importante saber que para las ciencias de la complejidad la filosofía debe ser una conversación entre los que hacen ciencia y sus entornos sobre ideas contextualizadas acerca del ser, el conocimiento y sus caminos, los valores y las formas.
Bibliografía
- https://goo.gl/iXX2Ot
- https://goo.gl/CZTQDS
- https://goo.gl/f1wElY
- https://goo.gl/J8ux1X
- https://goo.gl/MKrewF
- https://goo.gl/Szlyc9
- https://goo.gl/bmGq6L
- Laminarios del profesor Pedro Luis Sotolongo